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Houndredfires goes home…

Todo el proceso contra Salvador Cienfuegos ha sido casi tan sorprendente como su propio nombre. Primero, el modo en que la Justicia estadounidense identificó al exsecretario de la Defensa Nacional como ‘El Padrino‘ es propio de una descabellada serie de detectives: Al intervenir la comunicación entre dos supuestos narcos, uno dijo que ‘El Padrino’ estaba en la televisión; de alguna manera, los investigadores cayeron en cuenta que quien estaba en la tele no era otro que el ahora general en retiro.

El Departamento de Justicia tenía desde agosto de 2019 la orden de detención girada contra ‘El Houndredfires‘, pero decidió esperar más de un año para capturarlo en su territorio; y así, en un acto sin precedentes y por primera vez en la historia, un exsecretario de la Defensa Nacional fue detenido en Estados Unidos acusado de narcotráfico

El Gobierno de México no tardó en “extrañarse” por el hecho de que la Justicia estadounidense, con dos cojones como dos camiones, se haya saltado todo protocolo diplomático y no haya pedido a la Fiscalía General de la República la detención de Cienfuegos para extraditarlo. 

Posiblemente lo que más le dolió al presidente López Obrador fue que Estados Unidos no confiara en el emblema de su Administración: la “tolerancia cero” hacia la corrupción. Sin embargo, no debería tomárselo tan a pecho, las autoridades estadounidenses jamás han confiado del todo en la Justicia mexicana, y jamás olvidarán lo que pasó con el agente Camarena.

Alguno de estos días, me imagino que en el Departamento de Justicia de Estados Unidos comentaron en una junta “I think we sucked our dicks with Houndredfires, pal” (creo que nos la mamamos con lo de Cienfuegos, carnal) y al final decidieron solicitar la desestimación de los cargos y confiar, esta vez, en las autoridades mexicanas.

¿Podrá la Fiscalía General de la República de Gertz Manero (AKA Robocop) no defraudar a su contraparte estadounidense? Esto va para largo, pero hasta ahora la Justicia de la 4T no ha dado ningún resultado, ya ven que a Emilio Lozoya incluso le hicieron el favor de llevarlo a su casita. También, habrá que ver la solidez de las pruebas presentadas por Estados Unidos contra el general en retiro, o si no se trata de una disparatada conspiración.

Lo cierto es que Cienfuegos ahora se fue a dormir tranquilo sabiendo que será juzgado en su propio país, por unas autoridades que suelen ser más “blandas” que la mano de hierro gringa, que ya sentenció a ‘El Chapo‘ a pasar sus últimos años en una cárcel de máxima seguridad de la que no podrá escaparse por un túnel.

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Lea “Los cárteles no existen”

El pasado jueves 16 de octubre, se dio a conocer la detención de Salvador Cienfuegos, ex comandante de las fuerzas armadas en el sexenio de Peña. Fue detenido por la DEA por motivos de cuatro cargos relacionados a tráfico de drogas. La pregunta es ¿Usted duda que el general haya tenido que ver con el narco? Peor aún ¿Esto quiere decir que el gobierno de México era un narco gobierno? TAL VEZ ¿Un Estado Fallido al no detener la violencia de la “Guerra con el Narco”?

La respuesta es NO EXISTE una guerra contra el narco. Porque los carteles no existen.

Le voy a recomendar un libro para pensar en el trasfondo de la historia reciente de México, su autor Osvaldo Zavala, su título: Los Carteles no existen. Narcotráfico y cultura en México. Usted a esta altura puede estar pensando, pero que estupidez de libro, si los muertos por el trafico de drogas se cuentan por cientos de miles, incluso puede usted pensar las siguientes cosas:

  1. El poder de los carteles ya rebasó por mucho a las corporaciones policíacas y al ejército. 
  1. El narco es un negocio que va más allá del poder del Estado.

 Pero los puntos anteriores, parten mas que de evidencias, de la interpretación basado en un discurso que el Estado mexicano promueve dicha visión ¿Por qué? La respuesta esta en este libro, que hace tanto un análisis de dicho discurso, como nos adentra en el estudio sociológico del narcotráfico de manera rigurosa y seria. Este no es un libro de Anabel Hernández.

El libro está dividido en cuatro capítulos, el primero se llama la Despolitización de la narco cultura. Básicamente en el periodismo, series televisivas se basan las mas de las veces en reportes oficiales o en la mitología que producen las fuentes oficiales, lo cual provoca que la cultura alrededor del narcotráfico, se vea contraria al gobierno, por un lado, los capos trafican, y por el otro los soldados evitan el flujo de droga. Esto según el autor produce que en el imaginario colectivo la imagen cliché de malandros con sombreros y botas del norte del país, pero no del militar de alto rango, secretario de seguridad estatal o el Gobernador de cualquier estado siendo beneficiado por el comercio de drogas.

El segundo capítulo básicamente le da en la madre a muchas novelas y libros “periodísticos” que tratan sobre narcotraficantes. El punto de inflexión de este tipo de trabajos fue la novela “La reina del sur” de Pérez Reverte (un español) que fue un éxito en ventas. A partir de ahí la mayoría copio su estilo fantasioso.

Mas importante es este capítulo en términos de ciencia política. Explica que “razones de Estado” existen para el trafico de drogas por parte del gobierno mexicano. Uno de los términos que quizás mas vale la pena en esta sección es el “estado de excepción”, básicamente el autor da fuertes argumentos para decir que es el Estado quien decide donde suspender la legalidad, en este sentido cuando en el 2008 llego el ejercito a ciudad Juárez, los militares tenían permiso para matar, donde después de su llegada los homicidios aumentaron en un 1000 %.

También da una interpretación muy distinta a las aprensiones del Chapo Guzmán, dándole su dimensión política y como al final ese imperio criminal y se brillante líder, eran usados como herramienta de políticos.

Esta obra es una invitación para dejar de lado los fantasmas y pensamiento mágico sobre el narco (el análisis de la imagen que esta en esta columna, se trata en el libro) . Es un problema político. Y esa es la mala y buena noticia. La política puede al menos aminorar sus consecuencias. 

Después de leer este libro quizás usted opine que la detención de Cienfuegos solo es evidencia que el Estado es la condición que permite la existencia de narcotraficantes al nivel actual. El libro esta en Gandhi, o si prefiere léalo en Bookmate.