El panfleto estaba listo a pesar del apagón provocado por la lluvia, el regulador le permitía continuar con su trabajo y tener energía eléctrica unas horas más, el líder había encargado al compañero la elaboración del material a distribuir en la marcha de mañana, siguiendo al pie de la letra las precisas instrucciones pensó que aquel trabajo sería alabado por los camaradas, quizá lo harían jefe de sector, el desvelo valdría la pena. A punto de imprimir el panfleto lo vio: un pequeño punto blanco justo en el centro negro del panfleto, tan insignificante que no suponía amenaza. Click en la tecla digital con el icono de una pequeña brocha, click en negro, se desliza sobre la mancha y esta no se borra, remoja en su boca la punta del dedo medio y talla delicadamente la pantalla, el punto sigue ahí.
Archivo > Guardar Como > PanfletoMarcha > Guardar.
Reinició la computadora. Abrió el archivo esperando con ansia que aquel punto desapareciera. El punto se quedó.
Archivo > Imprimir.
Una hoja se esforzaba por salir de la vieja impresora llorando cada centímetro, tomó la hoja y revisó, el maldito punto perfectamente dibujado, más pequeño que la punta de un alfiler, suficiente para detonar su Síndrome Obsesivo Compulsivo.
Con delicadeza golpeó la pantalla, buscó en google información sobre la falla sin hallar recomendación alguna que diera solución, desinstalar e instalar el programa, cambiar el formato del archivo, nada sirvió. Desesperado agitó su monitor, maldijo el “pinche punto”. Intentó abriendo en otro programa su imagen, fue inútil, el punto seguía ahí, más aún, parecía crecer. Apresurado rehizo el panfleto cuidando no dejar ningún punto blanco sobre negro, cuando estuvo listo sonrió frente a la pantalla, “¡a huevo!” –dijo triunfante-.
Archivo > Guardar Como > PanfletoMarcha2 > Guardar.
¡No mames! -gritó- el punto blanco apareció justo al centro del color negro, más grande ahora. Golpeó el teclado y arrojó a la pared el cuaderno con sus diseños, golpeó el cristal de la pantalla, el escritorio, la silla y su sombra. Decidido al exterminio tomó un CD e inició el proceso, era momento de ser duro, “formateó” la computadora. Tras terminar su ardua tarea mientras tomaba su tercer café buscó nuevamente el programa de diseño, lo instaló con calma, inició con su tarea, letras rojas, imágenes de buen tamaño, una bandera rojinegra y la información, la valiosa información para el pueblo, para despertarlo, que se sepa lo corruptos que son estos inútiles, que sepa que nos han mandado silenciar, que se sepa lo que le hacen a nuestros compañeros disidentes. Terminó.
Archivo > Guardar Como > PanfletoMarcha3 > Guardar.
Escuchó un pequeño ruido dentro del monitor.
-¡NO!-, el maldito punto blanco seguía ahí. Se tomó de los cabellos y a punto de destruir la computadora con su silla vio como ante sus ojos el punto se hacía más grande, notó algo dentro, tomó una lupa del cajón de la alacena y se acercó a la pantalla, en diminutas letras alcanzó a leer:
PUNTOS BLANCOS EXIGIMOS EL RESPETO A NUESTROS DERECHOS, ALTO A LA VIOLENCIA DEL ORDENADOR
Arrojó la computadora al patio y empezó a escribir su panfleto en hojas vírgenes mientras susurraba: pinches puntos blancos son unos revoltosos.