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López Obrador, el rompehogares

NOTA: No sabía que poner de foto de portada y elegí al final un photochop culerísimo que hice después del grito. Es lo que hay.

¿Recuerdan la campaña electoral de 2012? Yo… un poco.

En aquel tiempo, su servidor era un universitario en sus primeros años de carrera y que por primera vez en su vida iba a votar.

Los contendientes eran Chepina Vázquez Mota (Que me daba risa porque “mariguana”), Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto. Algo que recuerdo particularmente fue un post de Facebook relacionado con el precio de la gasolina, en el que se aseguraba que si el PRI volvía los precios de la gasolina volverían a como estaban antes. Como joven reaccionario comenté que eso era una auténtica “pavada”.

Una mujer me respondió que al ser un mocoso no recordaba lo que el PRI había hecho por nosotros y aseguró que el “tricolor” devolvería los precios del preciado hidrocarburo. Respondí algo como esto -palabras más, palabras menos-: “No mame señora, yo recuerdo que los Cheetos me costaban dos pesos con cincuenta centavos, y no voy a votar por esos weyes para que regresen los precios de los Torciditos“.

Siempre he pensado que el PRI ganó ese año porque una masa de gente todavía tenía fe en ese partido, principalmente después del fracaso total de la Guerra contra el Narcotráfico que encabezó Felipe Calderón, y todavía existía un enorme miedo a lo que podría hacer Andrés Manuel López Obrador en Los Pinos (Ah sí, porque en ese tiempo el presidente vivía allá).

También, siempre he pensado que mucha de esa gente que votó en 2012 por el PRI, con la ilusión de que todo volvería a ser como antes, votó después por Morena. Y no solamente ellos, porque más del 50 por ciento de los participantes de la elección en 2018 corrió a los brazos de “Andy”.

México entró en 2018 en un estado de crispación no visto desde… hace un tiempo y Andrés Manuel López Obrador es una figura que genera una división enorme en el país.

La crispación alcanzó su culmen en el icónico momento en que un hombre, desde el transporte público asomó su brazo y gritó “los obreros movemos a México” a manifestantes de FRENAAAAAAAAAA (Le pongo ‘As’ de más para no cagarla) que “marchaban” a bordo de sus carritos. (Sí, se mamaron completamente, ni protestar supieron xD).

Dibujo realizado por @aceloruiz

Pero no hace falta asistir a una marcha opositora ni haber estado en el plantón de casas vacías de FRENAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA (“¿No pueden pasar 5 segundos sin humillarse solos?”) para ver la división.

Basta con voltear a ver a nuestros círculos de amigos, o mucho más divertido, a nuestras familias. En mi caso, en ocasiones los astros se juntan y a veces el grupo de WhatsApp de la familia es escenario de los debates más candentes por cosas de política.

En mi familia nuclear evito hablar de política porque simplemente es aburrido. Los argumentos son los mismos “López Obrador es un pendejo y vamos a ser como Venezuela”. Nunca hay argumentos, no hay un verdadero análisis. 

Pero lo entiendo. El presidente será lo que quieran, pero como político va mil pasos adelante. Sí, asegura que hay que respetar las posturas de otros, pero sus comentarios en los hechos dividen. La retórica del “estás conmigo o contra mí” está presente siempre en su discurso.

Y a nivel sociedad el discurso es MUY efectivo. Rara vez hay puntos medios, siempre hay que tomar un bando, eres “chairo” o “derechairo”, eres “fifí” o eres “amlover”, eres de “derechas” o eres “de izquierdas”, eres “conservador” o estás con la “cuarta transformación”.

Tan es efectivo que muchos no se dan cuenta de lo “conservador” que es Morena y cómo al movimiento de López Obrador le importan un carajo las causas progresistas e izquierdistas como la migración, el aborto y la mariguana.

Lo peor es que el “diálogo” entre un bando y otro se encuentra tan estancado que lleva años con los mismos argumentos, por no decir berreos. Y la única evolución en el debate es que cada vez gritan más fuerte de cada lado.

Al final, empiezo a pensar que López Obrador no es el rompehogares; somos nosotros mismos, porque decidimos encasillarnos. Y aquí cierro.

En mi carrera de filosofía noté un patrón bastante interesante. Por lo general había dos posturas enfrentadas y siempre llegaba un vato que las juntaba y sacaba algo más chingón. Pasó con Kant, cuando juntó racionalismo y empirismo en una sola postura.

¿Y si abandonáramos los paradigmas binarios y reconociésemos que todo es más complejo de lo que parece? ¿Qué pasaría si expandiéramos nuestros horizontes? ¿Cómo serían las cosas si escucháramos más en lugar de gritar cada vez más fuerte? 

Tengo la esperanza de que algún día dejaremos de pensar que los partidos políticos son como equipos de futbol.

Anhelo el día en que votemos por candidatos con base en nuestros ideales y no por la bandera que llevan.

Se vale soñar ¿No creen?

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SOY LO PROHIBIDO…


Ya lo dijo Víctor Yturbe “el pirulí”

Soy ese vicio de tu piel
Que ya no puedes desprender 
Soy lo prohibido

Varias generaciones tardó Jehová desde que Caín mató a Abel con una quijada de burro para plasmar en piedra la prohibición del homicidio, rápido para juzgar no tanto para legislar. El crimen organizado, hidra multicéfala alimentándose de la incompetencia, falta de compromiso y leyes que benefician su sobrevivencia sustentada en la clandestinidad de sus negocios, principalmente drogas y prostitución. ¿Cuánto tardará para involucrarse en la realización de abortos seguros?. No se confundan mis palabras con una oda a la criminalidad sino que son una crítica a la prohibición, muestra inequívoca de un fracaso.

El crimen y castigo que rige en la ley viene precedido siempre de un acto que el pueblo o parte de él califica como despreciable, luego el estado y sus instituciones los nombra, gradúa y penaliza. A menos, claro que sea factible de gravar, si este es el caso el acto otrora despreciable se agrega a la vida común, se embotella, imprime o produce, según sea el caso. Una tercera situación es posible: el pueblo no logra una mayoría en la calificación del acto, en esta circunstancia será el estado quien decida, antes intentará educar, informar, persuadir a su gente sobre los beneficios y/o el perjuicios, si no hay decisión entonces prohibirá, poniendo corona a su fracaso.

Más allá del clásico adagio que asegura “lo prohibido es siempre más deseado”, existe la posibilidad de que el acto antes de prohibirse sea asimilado y entendido por la sociedad, quien no por entendimiento espontaneo sino bien informada sabrá discernir sobre la naturaleza del acto. El compromiso debe ser siempre entenderlo desde la laicidad y el bien común. Errores se han cometido cuando al calor de un falso humanismo fanático se prohíbe lo que después alimenta lo clandestino.

Lo prohibido no siempre es más deseado, existe en los actos una naturaleza genuina que les otorga una calidad benefactora o maligna, siempre de cara al bien de la sociedad. Si bien el estado tiene el monopolio de la prohibición legal, debemos entender que la prohibición es siempre una derrota, del estado frente a sus gobernados y de la sociedad frente a sus vicios.

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Balance de dos años: AMLO con rumbo fijo 

Entender los dos años de la elección de Andrés Manuel López Obrador como Presidente de México implica entender fenómenos muy complejos: la agresión constante de los gobiernos priístas y panistas hacia los movimientos de izquierda, el cambio demográfico del electorado en la elección de 2018, la crisis del proyecto neoliberal y la conciencia histórica del Presidente sobre su propio gobierno. Estos componentes, sumados a la violencia estructural de México y la pandemia son las referencias que debemos de tomar en cuenta para entender lo que está sucediendo. ¿Es posible evaluar estos dos años de triunfo tomando como referencia gobiernos anteriores? La respuesta es negativa, porque nos encontramos ante un período de transición político, económico y social que debe ser medido en su justa medida y de manera particular, siendo críticos pero también entendiendo lo que sucede en el mundo.

El final del Estado de Bienestar, un modelo económico basado en la existencia de sistemas de seguridad social para garantizar la salud, la educación y el empleo, entró en crisis durante la década de los setenta debido al aumento incontrolable de la inflación y un escenario de quiebra de los estados nacionales ante la imposibilidad de pagar pensiones de jubilación. La decisión que se tomó a partir de círculos académicos ligados al gobierno norteamericano es que debía existir una privatización de las empresas estatales, pérdida de derechos de los trabajadores y desmantelamiento de los sistemas de seguridad social. De la misma manera este modelo vino de la mano con la liberalización del comercio mundial para el libre tránsito de bienes y menores restricciones para el tránsito de los trabajadores. La imposición del modelo en todo el mundo trajo desde entonces numerosas protestas sociales, pero permitió la reducción generalizada de la inflación alrededor del mundo y una mejora sustancial de los niveles de vida de gran parte del mundo (que pasaron a estar de pobreza extrema a una pobreza moderada). El neoliberalismo entiende que el mundo debe convertirse en un conglomerado de micro y pequeñas empresas con capacidad exportadora de un bien valioso para todo el mundo; las multinacionales son excepciones con un número limitado de trabajadores a pesar de su desmesurado poder en el período. El modelo es exitoso, pero trae la consecuencia de que los riesgos de quebranto económico pasen del Estado a los trabajadores, trayendo consigo una posición de vulnerabilidad generalizada de la población mundial que es evidente ante la pandemia. El conflicto debido a la imposición del neoliberalismo nunca se resolvió, produciendo en México la escisión del partido gobernante y la formación de un sector de izquierda fuertemente comprometido con el regreso al modelo del Estado de Bienestar o a modelos más cercanos al cubano o al soviético.

No existe un compromiso de la izquierda mexicana con la democracia. Como resultado del fraude electoral del 88, la guerra sucia en contra de numerosos líderes de izquierda que fueron asesinados en los ochenta y la cuestionada presidencia de Calderón que ganó con menos del uno por ciento de la votación. La izquierda fue violentada por muchos años desde el poder, por lo cual es natural el ataque que realiza de regreso hacia las instituciones de esa cuestionada democracia y sus reglas. No considera equitativas las reglas que les fueron impuestas para llegar al poder y que supusieron una traba en cada paso del camino y por tanto encontrará la manera de minar el poder de los árbitros que no fueron equitativos para que llegaran al poder. Por tanto, el funcionamiento de numerosas entidades autónomas se verá seriamente afectados o desaparecerán al haber sido excluidos de su construcción histórica, como es el caso del INE, la CNDH, el CONAPRED, la CRE y el IFETEL.

La distribución demográfica de aquella elección fue muy particular. Casi la mitad de los votantes eran menores de edad cuando AMLO llegó a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México ( https://verne.elpais.com/verne/2018/03/30/mexico/1522368633_380249.html ) Esto contrasta con la elección federal anterior donde únicamente el 20% de los votantes era menor de edad cuando AMLO dirigía la ciudad de México (https://portalanterior.ine.mx/docs/IFE-v2/DECEYEC/DECEYEC-EstudiosInvestigaciones/InvestigacionIFE/Estudio_Censal_Participacion_Ciudadana_2012.pdf). Esto significa que la mayor parte de los votantes únicamente han visto a López Obrador en campaña y están muy influidos por los mensajes de fraude que existían en aquel entonces y vivieron las consecuencias de los gobiernos de Fox, Calderón y Peña Nieto sin referentes de ningún tipo, a diferencia del resto de los votantes que habían vivido sexenios anteriores y que llevaron a esos tres presidentes al poder. No hay que olvidar que el voto de izquierda Este componente demográfico está claramente siendo dejado de lado por el Presidente, al afectar directamente a sus seguidores con su posición machista (claramente en contra de las mujeres femnistas) y la aprobación de los impuestos digitales (claramente afecta a la población joven de poder adquisitivo medio). No hay una intención clara de mantener esa población dentro de la base de votantes, por lo que la popularidad que se ha perdido en la pandemia muy probablemente no será recuperada.

La base de votantes que quiere construir el Presidente se encuentra en los beneficiarios de los programas sociales (Jóvenes Construyendo el Futuro y el apoyo a adultos mayores), los sectores de izquierda históricos y la operación política que pudieran hacer los gobernadores de Morena. Esto no resulta difícil ante el desempeño cuestionable de los gobernadores de oposición en Guanajuato, Nuevo León y Tamaulipas. Es claro que quiere que lleguen los beneficios al Sureste del País, de ahí la importancia de realizar la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya. La visión económica es indisoluble del proyecto político: independizar los sectores empresariales beneficiados por los gobiernos priístas (particularmente los asociados con españoles como el el caso de OHL o Iberdrola) para beneficiar a los grupos empresariales cercanos a él. Este movimiento natural ha causado fuerte impacto, puesto que muchos grupos empresariales del neoliberalismo poseen los medios de comunicación en México, motivo por el cual hay fuertes cuestionamientos desde los medios de comunicación. Sin embargo, el proyecto económico del Presidente se encuentra fuertemente centrado en los hidrocarburos y no le preocupa demasiado el desarrollo del resto de los sectores del país, lo cual abre camino al empresariado de todas partes del país, especialmente después de los pocos apoyos que han recibido ante la pandemia.

El sector salud ha sido central durante la cuarentena. Existió un descuido sistemático del sector público del país, con hospitales sin terminar, merma de los ingresos del sector médico y falta de visión estratégica. La dirección del Secretario Alcocer, un investigador sin experiencia en salud pública y prácticamente inexistente en la pandemia, es el funcionario con peor desempeño y que su dirección en Lieja no tiene mucho sentido. El cuestionamiento ante la imposibilidad de brindar medicamentos a los niños con cáncer desde que comenzó el sexenio y que llevó a la renuncia del anterior director de los Institutos Nacionales de Salud, sigue siendo uno de los pendientes más grandes por resolver. Contar con el subsecretario López Gatell ha permitido que no se desborde la pandemia. Ningún país está suficientemente preparado para enfrentar la situación que estamos viviendo. Considerando los muertos por cien mil habitantes (https://www.rtve.es/noticias/20200627/paises-muertos-coronavirus-poblacion/2012350.shtml ) no nos encontramos entre los diez países más altos en este indicador, aún considerando el subregistro de muertos. Por tanto, la pandemia se ha manejado de manera razonable considerando el descuido de la población y la precariedad del sistema. SIn embargo, la pandemia dejará numerosos daños al sistema que no sabemos cuánto tiempo podrá mantener el nivel de respuesta actual, considerando el personal médico que está falleciendo y el compromiso de la infraestructura hospitalaria. Al terminar la pandemia podríamos enfrentarnos a la quiebra del sector y no parece que haya manera de fortalecerlo financieramente.

La seguridad en México es un tema permanente. Siempre hemos sido un país inseguro, pacificado mediante líderes revolucionarios, caciques y delincuentes desde la independencia. La necesidad de Estados Unidos de drogas a precios accesibles para sus adictos permitió el crecimiento del narcotráfico en México, que se ha vuelto un negocio ilegal rentable ante las crisis recurrentes que llevaron a la pobreza a millones de mexicanos. Esta violencia económica se suma a la violencia intrafamiliar, semillero de delincuentes violentos que se sienten excluidos de la sociedad y que no temen dañarla para obtener ingresos rápidos. Esta situación se agravó con la transición en la época de Fox, donde al romperse los pactos políticos con los criminales y la escisión de una parte del ejército al final del gobierno de Zedillo y creando la organización criminal de los Zetas. La imposición de Washington de la estrategia de descabezar las organizaciones para pulverizar las organizaciones criminales trajo como consecuencia la diversificación de sus actividades (huachicol, extorsión, secuestro, cobro de piso) y la imposibilidad de negociar con ellos, lo que explica el fracaso de Peña Nieto en este tema. Hay una visión respetuosa del cártel de Sinaloa y el atentado contra García Harfuch deja claro que habrá un ataque frontal contra el Cártel Jalisco Nueva Generación, mezcla de diversos grupos de Michoacán y del Cártel de Sinaloa. La pandemia no ha disminuido la violencia del país y los problemas en la creación de la Guardia Nacional (petición de los militares para salvaguardar la integridad del Ejército e impedir acusaciones ante la Corte Penal Internacional ante la falta de estructura jurídica), nos deja claro que hay una capacidad reducida del gobierno mexicano para enfrentar a la delincuencia.

Las relaciones internacionales han sido uno de los puntos más positivos del gobierno, bajo la conducción de Marcelo Ebrard. El nombramiento de México como miembro temporal del Consejo de Seguridad de la ONU, la negociación del T-MEC ante las exigencias de Trump y la colaboración de China para proporcionar material sanitario son puntos muy positivos. La posición de apoyo a la izquierda internacional se ha visto reforzada por el apoyo velado a Maduro al no reconocer a Juan Guaidó y el ataque al rey emérito y grupos empresariales españoles opuestos al gobierno de Podemos en España y el PSOE permite ver que hay una intención de recuperar la posición internacional de México en el entorno internacional en general y de los gobiernos de izquierda en particular. Ese objetivo se está cumpliendo paso a paso y podría ser uno de los factores clave para la recuperación económica y social del país después de la pandemia.

El principal problema económico del gobierno, como mencionó el exsecretario Urzúa, es que el país no tiene ingresos para tener un margen de maniobra para inversión. El proceso de despetrolización de la economía realizado en el gobierno de Peña, que tuvo su límite con el “gasolinazo” al quitar los subsidios de la gasolina, ha hecho que el gobierno operar con los límites considerando el tamaño del gobierno que no ha dejado de crecer desde el gobierno de Fox. A pesar de las formas, sí es necesaria una reducción de los gastos del gobierno para poder mantener las finanzas sanas, de ahí los recortes que eran necesarios dentro del marco de la “austeridad republicana”. El cobro de los impuestos digitales y el endurecimiento de las medidas del Servicio de Administración Tributaria son un intento para obtener recursos, un problema crónico del que se ha hablado siempre como una debilidad estructural del Estado mexicano. Son intentos insuficientes y necesarios para el financiamento de todos los gobiernos que no habían podido hacerse ante la cuestionada legitimidad de anteriores gobiernos y que también está encontrando sectores de la población que causen el menor revuelo social. El cobro a los grandes contribuyentes y la oposición al endeudamiento público son logros muy importantes de esta administración.

¿Cuál es la visión histórica del papel del Presidente de la República? En forma y en fondo el proyecto es muy cercano al gobierno de José López Portillo: el apoyo a la Comisión Federal de Electricidad (del cual López Portillo fue Director) y a Petróleos Mexicanos (cuyo punto de mayor auge fue durante el periodo), lucha contra la corrupción, enfrentamiento con los sectores empresariales, apoyo mediante transferencias directas de efectivo, fortalecimiento del país en el panorama internacional y relación tensa con los medios de comunicación. Claro, no tiene en vista una reforma política importante por la falta de una figura como José Reyes Heroles en Gobernación. Curiosamente Porfirio Muñoz Ledo era Secretario de Educación, hoy Presidente de la Cámara Baja; y Manuel Barlett, hoy director de la Comisión Federal de Electricidad, era aquel entonces funcionario de la Cancillería. Mismas propuestas, muchas personas de cargos parecidos, con un proyecto común: retomar la organización política, económica y social de López Portillo, basada en la extracción de hidrocarburos y el control de partido hegemónico. La pandemia no ha detenido el proyecto, pero el gran problema es preguntarse si el electorado aceptará este proyecto, poco claro durante los años que fue candidato presidencial. El mundo ya no responde a esa lógica, y si aquello que construye no beneficia a los votantes, la cuarta transformación podría sufrir el mismo destino que 1982. 

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¿Y ahora qué?

Por: Luis Manuel Espinoza Juárez

Es una pregunta simple: ¿Y ahora qué?

Llegado el momento todos lo hemos pensado, una vez que tal o cual cosa suceda o termine, ¿qué hago?, ¿qué hacemos?, ¿qué sigue?, cuando me gradúe, cuando me retire, cuando consiga el ascenso que quiero, cuando compre el auto de mis sueños, cuando me case, cuando tenga hijos: ¿Qué seguirá?

Hace unos días tuvo lugar una manifestación en la ciudad de México y en varios puntos del país, en la que diversos colectivos de mujeres marcharon y se organizaron para hacer un llamado a la autoridad, para exigir algo que desde hace años debería estar garantizado: su seguridad.

Todo esto no es gratuito, vivimos una ola de violencia desde hace algunos años que se ha recrudecido recientemente. Factores hay muchos, desde el desempleo, presencia activa de grupos criminales, mala gestión gubernamental, descomposición social y otras cosas más que nos recuerdan que la utopía es un simple sueño, reservado para otro orden de homínidos, que muy seguramente nosotros extinguimos.

Volviendo al tema, si algo caracteriza a la sociedad mexicana es que somos extremadamente resistentes a la decepción, de todo tipo y en cualquier nivel, no sé si sea porque vivimos rodeados de ella, porque no conocemos otra cosa o por simple “flojera social”.

“Hemos sido tolerantes hasta excesos criticados, pero todo tiene un límite”.

En estos días vi a varios publicar esta frase (refiriéndose a las manifestaciones), vi a la gente añorar que alguien reprimiera a sus compatriotas, solo porque evidenciaban una verdad, sí, pero una verdad incómoda para el que ya se forzó a aceptarla y a vivir con ella.

Afortunadamente no hay voz de respuesta a sus peticiones de ceder sus libertades a cambio de la comodidad cotidiana de la realidad oficial, ¿verdad?

Es triste que te recuerden por ser feo, matar estudiantes y por una frase que “describe” el actuar del gobierno en una época en la que el activismo político era un verdadero acto de… valentía(¿?), y no me malinterpreten, lo sucedido con Díaz Ordaz fue una verdadera tragedia, un “parteaguas” en el activismo político y un recordatorio de la fragilidad de la moralidad gubernamental. Pero ignorando todos los lugares comunes respecto a la sociedad mexicana, al 68, a las marchas y el activismo, me gustaría abundar en las características de tan peculiar frase, dicha a la ligera por muchos hoy en día, pero con algunas cosas interesantes si estiramos los significados hasta que concuerden con nuestro mensaje, es decir, si deformamos la realidad de una frase simple, escrita por un asesor mal pagado para contar una historia que: muy probablemente te lleve a una profunda reflexión, o tal vez no, pero ya estamos aquí.

“Hemos sido tolerantes…”

¿Realmente la sociedad mexicana es tolerante? Respuesta corta: No.

Respuesta larga: Depende, (¡ah como les fascina que todo siempre dependa!, pero así es la realidad, depende y no siempre depende igual). 

Si bien somos tolerantes con nuestra propia esfera de mediocridad y con la del medio que nos rodea, en realidad no somos tolerantes como sociedad; no tiene mucho que dejamos de agarrar a machetazos todo lo que no entendíamos, y sí, sé que nos fascina sentirnos como un país moderno, de primer mundo, con todos esos bonitos edificios, ciclovías, internet de 200 megas (simétricos) y niños haciendo malabares con limones en el semáforo, eso sí, junto a Palacio de Hierro y Walmart, nos encanta forzarnos a olvidar que hace 100 años si tenías la mala fortuna de nacer en México muy probablemente morirías de Polio o en algún campo de cultivo, trabajando hasta que el maíz absorbiera hasta tu última gota de dignidad; nos fascina pensar que no, pero somos una sociedad profundamente desigualitaria en muchos aspectos, no solo el económico, y de nuevo, no me malinterpreten, el punto de la sociedad no es ser todos iguales, vivir en casas redondas, todas idénticas, y solo usar ropa gris, no. Pero para coexistir pacíficamente deben existir ciertos estándares para que pueda desarrollarse la competencia y la virtud.

Racismo, clasismo, machismo, (y otros “ismos”) son nuestra herencia, muy propia de tiempos que ya no existen y creada por el azar evolutivo del pensamiento medieval, horrible, sí, pero pudo ser peor, y de cualquier modo ya estamos aquí, lo que ves es lo que hay; somos todos los que estamos y estamos todos los que somos (por desgracia).

“…Hasta excesos criticados, pero todo tiene un límite.”

Primero, ¿realmente todo tiene un límite?, la historia, la biología y el señor que autoriza tus créditos bancarios, probablemente opinen que sí, pero no sé, seguramente ha habido más impunidad que justicia y más represores que libertadores, entonces: ¿Cuánta opresión debe vivir un pueblo para iniciar una revolución?, ¿cuánta injusticia debe soportar una nación para derrocar al dictador que llegó luego de la revolución?, ¿cuál es la gota que derrama el vaso?, y ¿qué pasa con el agua?

Creo que un buen ejemplo para retornar al punto inicial es, precisamente, las marchas y el “vandalismo” perpetrado por los colectivos de mujeres, que como cualquiera que tenga de frente a la cruel realidad: Tienen miedo, y la masa convierte el miedo en agresión.

Como ya todos deben saber, hace unos días (bastantes, ya) una mujer acusó a un grupo de policías de haberla violado; meses después sucedió la tragedia de Ingrid Escamilla; y luego, por desgracia, está el caso de Fátima. Y este caso, sumado a los cientos de casos de abuso, secuestro y desaparición que se han dado, fueron la gota que derramó el vaso. 

Hubo movilizaciones, se buscaron responsables, se pidieron respuestas, se sintió impotencia y se rayaron paredes. Personalmente me dan igual las paredes, los monumentos y todo por lo cual la gente se rasgó las vestiduras en los últimos días, es triste, pero no significa nada, entiendo el enojo y la frustración, sí, pero sé que en unas cuantas semanas, todo habrá vuelto a la normalidad: seguiremos enterrando a nuestras madres y hermanas; pero en silencio de nuevo, hasta que el vaso se vuelva a llenar, otros salgan a las calles y luego vuelvan decepcionados a forzarse a convivir con el miedo, y así una y otra vez, hasta que: como siempre, por fuerza del tiempo, las cosas cambien, para bien o para mal, o pierdan vigencia. Nada es más triste para cualquier causa que caer en la irrelevancia social. El verdadero ciclo sin fin es: 

Reflector->Acción->Frustración->Irrelevancia->Hartazgo->Reflector…

No existen soluciones fáciles, nada es ideal, si hubiera una receta para la paz, seguramente estaría resguardada por hombres armados, pero no es así, si bien la sociedad mexicana no está en el nivel de putrefacción de la estadounidense, pues para eso todavía “le cuelga”, tenemos serios problemas, y no sabemos cómo solucionarlos.

No sé porque creemos que el ser más complejo sobre la tierra debería tener soluciones simples a cualquiera de sus problemas. Existen claro, algunos que te harán creer que tienen las respuestas, y alardearán al respecto durante 18 años (o más incluso), y habrá quien les creerá y quien decida arriesgarse, pero al final del día, las buenas intenciones, las oraciones, los discursos y las excusas no servirán para nada: el bosque se incendia y los bomberos lo iniciaron.

Todo era más fácil en la revolución francesa, solo buscabas al noble más cercano y lo pasabas por la guillotina, poco elegante pero funcional, ¿no?, pues quizá, pero hoy en día no podemos darles un masaje de cuello estilo guillotina a la violencia y a la descomposición social, pues son males sin rostro: síntomas de la enfermedad humana.

-Oye, pero eso no es divertido, debe haber culpables.

Pues sí y no.

Si bien podemos “responsabilizar” a los gobernantes, funcionarios y guardianes del orden, realmente no hay mucho que ellos puedan hacer, pueden duplicar las cámaras, los rondines, la presencia militar, sí, pero eso no se convertirá en seguridad, el presidente puede salir a dar un discurso conmovedor y puede tratar de establecer la paz por decreto gubernamental, pueden entregarnos las cabezas de cada violador, de cada asesino y ladrón (si los encuentran, claro), pero eso no acabará con las violaciones, las muertes o los robos, podemos romper todos los vidrios de la ciudad, del país si lo prefieres, podemos hacer todas las consignas, grafitis inspiradores y “chafas”, es más: podemos prenderle fuego a toda esta maldita ciudad, arrancarle las plumas al águila, una a una, y hacerla tragarse cada maldito nopal, pero cuando terminemos, solo podremos vernos las caras, toser entre el polvo, el humo, las plumas y decirnos: ¿Y ahora qué?

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PARA RESCATAR A EVO

Allá va el vicepresidente Ebrard a rescatar al hermano Boliviano con la bendición de Pachamama.

La casi centenaria cultura de asilo político del gobierno mexicano no había conocido tal revuelo como el surgido por la admisión a Evo Morales, acusado de dictador, tirano, socialista, bolivariano e indígena. Depuesto por un “pacífico” golpe de estado luego de un fraude electoral, Evo tomó la salida que evitó la agresión entre su pueblo y contra él.

El endeble régimen venezolano fue incapaz de recibir a su máximo pupilo y aliado en el cono sur, entonces México, otrora acusado de tibio cuando no de agachón se erige como un salvador del refundador boliviano. Marcando desde ahora un paso que muchos anhelaban hace una década, encabezar la izquierda latinoamericana.

La pregunta es si podrá un presidente tan endémico y desmañado en lo internacional empezar a coleccionar victorias entre los gobiernos latinoamericanos, tender la mano al sur sin soltar el norte, siempre atento y vigilante. El asilo de Evo es incuestionable desde lo histórico y doctrinario, pero sería un error no ver más que un atrevimiento del gobierno mexicano. AMLO ha marcado la agenda nacional todas las mañanas desde palacio nacional, no sería raro que ahora intente algo similar con más kilómetros que abarcar.

Sudamérica, tan convulsa e ignorada, tan detenida políticamente en el tiempo. Retrógradas derechistas e indígenas socialistas rencorosos de un pasado lejano. El sur todavía existe.

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PIXEL

 El panfleto estaba listo a pesar del apagón provocado por la lluvia, el regulador le permitía continuar con su trabajo y tener energía eléctrica unas horas más, el líder había encargado al compañero la elaboración del material a distribuir en la marcha de mañana, siguiendo al pie de la letra las precisas instrucciones pensó que aquel trabajo sería alabado por los camaradas, quizá lo harían jefe de sector, el desvelo valdría la pena. A punto de imprimir el panfleto lo vio: un pequeño punto blanco justo en el centro negro del panfleto, tan insignificante que no suponía amenaza. Click en la tecla digital con el icono de una pequeña brocha, click en negro, se desliza sobre la mancha y esta no se borra, remoja en su boca la punta del dedo medio y talla delicadamente la pantalla, el punto sigue ahí.

Archivo > Guardar Como > PanfletoMarcha > Guardar.

Reinició la computadora. Abrió el archivo esperando con ansia que aquel punto desapareciera. El punto se quedó.

Archivo > Imprimir.

Una hoja se esforzaba por salir de la vieja impresora llorando cada centímetro, tomó la hoja y revisó, el maldito punto perfectamente dibujado, más pequeño que la punta de un alfiler, suficiente para detonar su Síndrome Obsesivo Compulsivo.

Con delicadeza golpeó la pantalla, buscó en google información sobre la falla sin hallar recomendación alguna que diera solución, desinstalar e instalar el programa, cambiar el formato del archivo, nada sirvió. Desesperado agitó su monitor, maldijo el “pinche punto”. Intentó abriendo en otro programa su imagen, fue inútil, el punto seguía ahí, más aún, parecía crecer. Apresurado rehizo el panfleto cuidando no dejar ningún punto blanco sobre negro, cuando estuvo listo sonrió frente a la pantalla, “¡a huevo!” –dijo triunfante-.

Archivo > Guardar Como > PanfletoMarcha2 > Guardar.

¡No mames! -gritó- el punto blanco apareció justo al centro del color negro, más grande ahora. Golpeó el teclado y arrojó a la pared el cuaderno con sus diseños, golpeó el cristal de la pantalla, el escritorio, la silla y su sombra. Decidido al exterminio tomó un CD e inició el proceso, era momento de ser duro, “formateó” la computadora. Tras terminar su ardua tarea mientras tomaba su tercer café buscó nuevamente el programa de diseño, lo instaló con calma, inició con su tarea, letras rojas, imágenes de buen tamaño, una bandera rojinegra y la información, la valiosa información para el pueblo, para despertarlo, que se sepa lo corruptos que son estos inútiles, que sepa que nos han mandado silenciar, que se sepa lo que le hacen a nuestros compañeros disidentes. Terminó.

Archivo > Guardar Como > PanfletoMarcha3 > Guardar.

Escuchó un pequeño ruido dentro del monitor.

-¡NO!-, el maldito punto blanco seguía ahí. Se tomó de los cabellos y a punto de destruir la computadora con su silla vio como ante sus ojos el punto se hacía más grande, notó algo dentro, tomó una lupa del cajón de la alacena y se acercó a la pantalla, en diminutas letras alcanzó a leer:

PUNTOS BLANCOS EXIGIMOS EL RESPETO A NUESTROS DERECHOS, ALTO A LA VIOLENCIA DEL ORDENADOR

Arrojó la computadora al patio y empezó a escribir su panfleto en hojas vírgenes mientras susurraba: pinches puntos blancos son unos revoltosos.

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¿Qué pueblo soy?

Ahora que entre tantas cosas que han pasado desde ese ya lejano primero de diciembre en el que según la constitución y el calendario marcaban la hora indicada, el día del juicio, en el que el señor presidente de México, AMLO para que entre en el encabezado, el peje para cualquiera de a pie y el cambio, para los 30 millones de personas que de todo corazón votaron hace casi ya un año por el. Ahora que ya no hay una campaña (aunque eso parezca), es cuando ese cambio que gritaban desde que literalmente tengo memoria se debe de percibir y si no se percibe al menos quererlo, y en cuanto a eso no lo dudo ni por un segundo, las intenciones del señor pueden ser las más pulcras, las más sinceras y reales, puede que de verdad se quiere un cambio desde la silla del águila, porque para juzgar al señor presidente de algo de lo cual no tengo pruebas y solo es mi palabra contra la suya, no soy nadie, no porque sea el presidente, sino por el simple hecho de que es un ser humano y en su calidad de ser humano no soy nadie para crear prejuicios que nacen de la ignorancia y las apariencias más absurdas, pero hay algo que no me queda claro, que al presidente creo que no sabe y a todo un país tiene muy encabronado, polarizado y sobre todo confundido.

Desde que AMLO hace campaña y que hasta ahora en las mañaneras sigue repitiendo es que él gobierna por y para “el pueblo bueno”. Y entonces en mi cabeza sonó como algo agradable, pero entre más resonaba entre mis pensamientos, algo empezó a parecerme que había algo que sobraba, “el pueblo bueno”, la parte del pueblo suena perfecto, es decir gobernar no para intereses propios o de amigos y élites asquerosamente ricas y poderosas, gobernar por y para el pueblo me da a entender que se busca el bien de toda una nación, que se trata de representar el bienestar común de un país sin importar nada, el estrato social, género, sin importar ni siquiera qué clase de persona se sea y ese gobierno sería perfecto, aunque quizá no exista. Y tomando esto como cierto viene lo que realmente me causó duda “el pueblo BUENO”, le agregamos un adjetivo al pueblo, solo el pueblo que es bueno es el que será gobernado y entonces todo sigue bien, ¿no?, pues no.

Hay que pensar que ese adjetivo cobra una increíble ambigüedad y aún peor, es un error. El pueblo que será bueno que será aquel para y por el que va a gobernar AMLO, lo decido ¿quien creen?, pues AMLO, dejando esta obviedad atrás viene lo preocupante, bajo el criterio del presidente ¿quienes son buenos? ¿que requisitos he de cumplir para tener una estrellita en la frente que me distinga de los representados por el gobierno de los pobres parias que no lo son?, teniendo esta incógnita de frente, se puede esclarecer la respuesta si somos un poco observadores y no tenemos miedo de pensar un poco, podemos sentir por donde va esta idea de AMLO de los buenos y los malos. Del lado de los príncipes y princesas están los medios, las personas y las instituciones que no le causan problemas, que comparten su opinión y que si bien no comparten su opinión no la cuestionan en la primera plana de un periódico o en un post o en un tweet. Del lado de lado de los ogros y los lobos están los medios y las personas críticas, ciertamente no son iguales a los y las que lo tienen completamente encañonado, a esas personas y medios que por sus intereses vapulean la agenda de la presidencia y el gobierno, a esas personas no me refiero, tampoco podría señalar quienes son porque no soy omnipresente ni nada parecido. Me refiero más bien a los que tratan, ojo TRATAN de ser imparciales o a los que como yo saben que va a ser imposible reconciliar todas y cada una de las acciones del gobierno con mis principios y pensamientos, porque me siento identificado al igual que creo que todas las personas en algo, quiero el bien de mi país y el progreso de mi sociedad, entonces quizá cualquier opinión que tenga sea con un buen fin, al igual que el señor presidente, y muy seguramente muchas pero muchas veces estaré mal, al igual que el señor presidente,porque todos podríamos opinar, pero no todos vamos a estar de acuerdo en todo, es nos lo han enseñado la historia y pues todas las ciencias sociales, es que tanto fuera como dentro de los individuos existe la diversidad, te podrá gustar o no (redundando mi punto) pero es una realidad inmediata de absolutamente todas los individuos con conciencia, simplemente es inherente al ser humano. 

Tomando como ejemplo las izquierdas y derechas con tantas corrientes como personas, sabemos que hay una razón para que México y todos lo países con un sistema “democrático” tengamos un gobierno de repúblicas representativas, porque necesitamos que ante el aparato gubernamental y el Estado se representen nuestras necesidades, porque por algo hay gobierno y oposición, para no quedarse fuera de este cuento de la república, por eso la idea del hombre más tabasqueño y más presidente de este país es absurda, por eso que la oposición sea un adorno en las cámaras es absurdo, por eso debe haber pluralidad, por eso nuestro presidente debe ser eso, nuestro presidente no solo el de su pueblo bueno, porque ¿si yo me parara frente al presidente, que etiqueta me pondría? ¿sería merecedor ser representado? o tendré que caer en la resignación de que mi bienestar quizá no tendrá un voto en las propuestas de este gobierno. Y si ni yo mismo puedo saber la mayoría del tiempo que es lo que pienso, qué postura tengo y si me costó un trabajo poner mis ideas en orden para escribir esto, como podre saber a qué maldito pueblo pertenezco yo sin poder tener otras alternativas.

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DOS ÓRDENES CON TODO

En las elecciones del año dos mil doce, las que hicieron presidente a Peña Nieto y alcalde a José Luis Abarca, participé a favor de AMLO y JLA, entrevisté a éste último para un programa de radio que se canceló antes de que la entrevista saliera al aire.

Durante la alcaldía de JLA, Iguala vivió un auge inusitado: calles remozadas, alumbrado público, servicios funcionales, plazas y jardines bien cuidados, etc. Había rumores y también hechos. Los hechos acallaban los rumores, ante una acusación de amenazas, se alumbraba una calle, ante los abusos policíacos se inauguraban nuevos proyectos. Una nunca vista buena administración oscurecía las infamias a luz del día.

“Hace cuatro años caminaba con mi novia por las entonces alumbradas y limpias calles de Iguala, escuchando a lo lejos una verbena popular, decidimos cenar tacos a una cuadra de distancia de donde Ángeles Pineda, daba su segundo informe de labores. Pedí dos órdenes con todo.

Decidía entre salsa roja o verde cuando muchachos con uniforme de preparatoria corrieron por las mesas afuera de la taquería, los ignoré pensando que solo jugaban, detrás de ellos salió una mujer cargando a su hijo mientras gritaba ¡AHÍ VIENEN!. Se escucharon armas de fuego muy cerca de nosotros, con la gente ya arremolinada en la calle nuestra reacción fue protegernos dentro. Llevé a mi novia hasta el baño del local mientras bajaban la cortina. Durante larguísimos cinco minutos los disparos se siguieron escuchando, cerca y lejos. Los gritos en la calle no cesaban, imaginé un baño de sangre. Intentaba tranquilizar a mi novia y marcaba por teléfono a familiares.

Después de unos minutos sin disparos quienes entramos al local decidimos abrir, al ver que no había peligro decidí que debíamos alejarnos rápido, pagué y de inmediato busque un taxi que mágicamente apareció lo abordamos y le indicamos la dirección pidiéndole alejarse de esa zona. El viaje fue tranquilo, recibíamos llamadas para preguntar nuestro paradero. Al llegar a casa la noticia ya corría tan rápido que nadie pudo ver los detalles se hablaba de grupos armados, ayotzinapos, una revolución, todos tenían una versión. Yo pensaba en lo irreal de aquellos disparos. Las redes sociales hicieron lo suyo. Antes de la media noche ya se había encontrado un cuerpo, atacado a un camión de niños deportistas y una maestra había perdido la vida. La ciudad respiraba el shockeante olor a sangre y la muerte se nos restregaba en la cara.”

A las dos horas de terror en la ciudad le siguieron meses de incertidumbre, la falsa calma del orden y la paz por la fuerza y finalmente el abandono; los políticos abandonaron la investigación y la verdad, los igualtecos nos queremos obligar a abandonar el recuerdo. Como un símbolo máximo del abandono del recuerdo, el PRI ganó las elecciones siguientes.

Esa noche solo quería dos órdenes con todo, pero la orden se dio en otro lugar.

La incompetencia y la incapacidad se conjuntaron creando un limbo caótico. La incapacidad de un alcalde que se acotó a excusarse. La incompetencia de un gobierno federal incapaz de investigar y resolver, que aprovechando su mayor estructura encontró chivos expiatorios nada inocentes. El agua somera era calma, el remolino destruía todo en el fondo.

El silencio más grande no se vivió la madrugada del veintisiete de septiembre de dos mil catorce, fue en los siguientes meses cuando Iguala era noticia internacional, la ciudad donde se firmó la consumación de la independencia, se confeccionó la primera bandera mexicana, se celebra una gran feria y tenemos el asta bandera más grande de Latinoamérica. En esta ciudad lo único que era noticia era lo que los habitantes querían callar.

Un pequeño monumento apenas perceptible se levanta en el lugar donde un grupo de estudiantes se encontró con policías locales y grupos armados. Iguala es una ciudad que no busca hacer memoria, si no olvidar, sin darse cuenta que el olvido legitima la barbarie.

Durante estos cuatro años he pedido a quienes aplauden o se burlan (los hay) de la masacre del veintiséis de septiembre que no justifiquen la muerte (sic) de los cuarenta y tres estudiantes de la normal de Ayotzinapa, que justifiquen una, si estás de acuerdo en el asesinato de una persona imagínate siendo quien jala el gatillo.

Iguala como cualquier ciudad del mundo no estaba preparada para lidiar con la infamia e intenta torpemente regresar a la cotidianeidad de las calles sucias, gobernantes corruptos, venta de oro, borrachos en las calles y el dedo apuntando a la cara del otro.

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Héroe nacional…

Matando al dinosaurio a punta de colmillazos. Hace falta opción para publicar cartones sin tener que explicarlos con texto. Suerte con la plataforma social. Ahora que sean más ricos que Zuckerberg, espero sigan charlando con nosotros la prole.

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Ya madure señor Presidente

Ya madure señor Presidente, me refiero a a ti, Andrés Manuel.

Hace 1 semana dijiste que castigarías la corrupción, sin importar de donde venga. Hoy te sales por la tangente y hablas de una venganza, ¿venganza de quién?, ¿venganza por qué?.

¿Venganza del INE?. Según el sector más tonto de tus seguidores, el INE lo hace por qué prometiste bajar sus sueldos. Pero si la investigación ya estaba hecha, de hecho el INE cargó los dados, esperando a que pasara la elección. Aunque probablemente con todo y este fraude hubieras ganado.

¿Por qué estar a la defensiva?, ¿Será por que mentiste y no donaron nada de la prerrogativa de campaña?. Es un tema sensible, estamos hablando de las personas afectadas por el sismo.

Ya no eres candidato, ya no eres opositor, en 4 meses serás Presidente, y te comportas como Trump, utilizando el twitter para tirar línea, para amenazar, para hacer sentir tu enojo. 

Probablemente tus seguidores te perdonen todo, pero la historia es más severa.La historia recordará como protegiste a Bejarano, a Imaz (el esposo de Claudia), a Layda Sansores y ahora el MORENAGATE